LOS NIÑOS SON PRIMERO
30/septiembre/2013
LA NIÑEZ DEBE SER LA PRIORIDAD CENTRAL DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
El futuro de cualquier país y la viabilidad de cualquier sociedad dependen crucialmente de la atención, el cuidado y los recursos que asignen a atender y tutelar el desarrollo de su niñez. Es por ello que, evidentemente, el Estado tiene un rol clave que desempeñar para proteger a la niñez y brindarle las posibilidades de desarrollarse en todo su potencial.
Si bien es cierto que la niñez guatemalteca está hoy en una mejor situación que hace veinte años, también lo es que sigue siendo inaceptable el porcentaje de niños que padecen desnutrición crónica, el de los que están sumidos en la pobreza y el de quienes mueren de enfermedades prevenibles. De manera que la inversión que el Estado haga en la salud, la educación y el bienestar general de la infancia puede ser una de las formas más eficientes de combatir la pobreza. Las políticas públicas y el presupuesto del Estado deberían abordar prioritariamente los múltiples factores conducentes a mejorar el estatus de la niñez, entre los cuales merece la pena destacar las áreas de nutrición, educación, familia y empleo.
La desnutrición es un pesado lastre para Guatemala, pues es la causa de numerosas muertes y casos de enfermedad entre nuestra niñez. Los niños desnutridos no logran alcanzar su potencial físico y mental, y son entonces incapaces de llevar una vida escolar exitosa y, posteriormente, una vida productiva adecuada para satisfacer sus necesidades materiales.
La inversión que el Estado haga en la salud, la educación y el bienestar general de la infancia puede ser una de las formas más eficientes de combatir la pobreza
La pobreza de los padres, que les impide comprar la suficiente cantidad de nutrientes para su familia, es la principal causa de la desnutrición infantil, pero no es la única. La mala nutrición daña el sistema inmunológico, lo cual aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas; pero las familias pobres en el área rural tienen también dificultad de llevar a sus hijos enfermos al médico, lo cual configura un círculo vicioso pues la enfermedad agota las reservas nutricionales del enfermo. Las prácticas alimenticias inadecuadas (incluso en ausencia de pobreza extrema) también contribuyen a elevar la desnutrición infantil. Ante este escenario, la mayoría de expertos coincide en que las políticas se centren en atender la “ventana de oportunidad de los primeros mil días”, que implica la atención desde la gestación hasta el tercer año de vida del niño, con asistencia directa y educativa a las madres.
Por su parte, el área de educación primaria es fundamental para proporcionar al niño los conocimientos y habilidades que en el futuro les permitan mejorar su productividad, acceder a buenos empleos, y asegurar un nivel digno de ingresos. Lo anterior implica políticas educativas que garanticen la asistencia de los niños a la escuela y la mejora del nivel de los maestros. Además, la educación del siglo XXI no puede seguirse basando en la absorción pasiva de conocimientos por parte de los alumnos sino que el estudiante genere ideas y las adecue con creatividad a la vida cotidiana. El mundo está cambiando rápidamente: en términos de tecnología informática los niños tienden a ser hoy día más sabios y diestros que sus padres o maestros. En consecuencia, el sistema educativo debería también adaptarse a estos cambios.
El apoyo estatal al bienestar de la niñez pasa también por el fomente a la familia como base de la sociedad. La familia es una de las instituciones más antiguas y exitosas de la humanidad. Aporta paz, seguridad y confianza a sus miembros y enseña a tener confianza en otros miembros de la sociedad: ayuda a generar interacción e intercambios económica y socialmente útiles. Especialmente cuando hay problemas (económicos o de cualquier índole) los lazos familiares proporcionan una protección y una solidaridad que contribuyen a que los individuos sean capaces de superar esos problemas y funcionar adecuadamente dentro de la sociedad.
Los problemas de la niñez guatemalteca son, mayoritariamente, los problemas de la pobreza. Por ello, finalmente, las políticas de apoyo estatal a la niñez deben incluir –además de la inversión en su nutrición y salud, en su educación y en su bienestar- políticas de apoyo a la generación de empleo para los padres y madres en situación de pobreza, lo cual implica mantener un clima de negocios adecuado (incluyendo seguridad y justicia), e invertir en la infraestructura productiva y el capital humano del país.