
HAY QUE INVERTIR EN CAPITAL HUMANO
El capital humano es tan importante para el crecimiento económico como el capital físico, ya que invertir en la educación, salud y nutrición de las personas incrementa la productividad y genera bienestar social. El Banco Mundial mide estos avances a través del Índice de Capital Humano (ICH), que ubica a Guatemala en una posición alarmantemente baja: puesto 104 de 157 países, y penúltimo en el continente, solo por encima de Haití. Entre 2012 y 2017, el progreso fue mínimo, pasando de 0.44 a 0.46 puntos sobre 1. Esto refleja profundas deficiencias en educación de calidad, salud infantil y combate a la desnutrición. Aunque mejorar el capital humano podría duplicar el PIB per cápita a futuro, la falta de incentivos políticos a corto plazo limita la acción. Aun así, la presión social y la urgencia del rezago podrían abrir espacio para priorizar políticas públicas que fortalezcan la inversión en las personas.

SIN CAPITAL HUMANO NO HAY DESARROLLO
El Banco Mundial ubicó a Guatemala en el puesto 109 de 157 países en su Índice de Capital Humano, el peor de Latinoamérica después de Haití. La baja posición se debe a enormes carencias en nutrición y calidad educativa: casi la mitad de los niños sufre desnutrición y los años de escolaridad efectiva se reducen a solo 6.3 cuando se ajustan por aprendizaje real. Estas deficiencias ponen en riesgo el crecimiento económico y la productividad futura del país. Es urgente que las políticas públicas prioricen la reducción de la desnutrición crónica y la mejora en la calidad educativa, pues sin estas inversiones el desarrollo seguirá estancado.

DE CARA AL TERCER AÑO
El tercer año de gobierno es crucial para definir una política económica con visión de Estado que trascienda intereses de corto plazo. Guatemala enfrenta un crecimiento económico lento, por lo que la perseverancia y la disciplina en la administración pública son indispensables. Priorizar la seguridad, la estabilidad macroeconómica, la calidad del capital humano, la infraestructura, la simplificación tributaria y la lucha contra la corrupción permitirá crear un ambiente propicio para el desarrollo sostenido. Solo a través del enfoque en estas seis áreas clave se podrá construir un legado económico sólido y duradero que beneficie a la nación.

NO HAY ATAJOS
La proyección oficial de un crecimiento del 4% del PIB guatemalteco para 2012 contrasta con los estimados más realistas de expertos y organismos internacionales, que prevén un 3% a 3.3%. El débil consumo, la inversión insuficiente y el bajo gasto público dificultan el despegue económico. Para revertir esta tendencia, se necesita un plan integral basado en inversión en educación y salud, mejora de la infraestructura y fortalecimiento institucional. La superación de la pobreza y el crecimiento sostenible no se lograrán sin decisiones firmes, visión de largo plazo y capacidad de enfrentar los discursos contradictorios que paralizan las reformas esenciales.

CRECER MÁS PARA REDUCIR LA POBREZA
La pobreza continúa siendo el problema estructural más profundo de Guatemala, directamente relacionado con la baja productividad nacional. Un estudio reciente del FMI reafirma que elevar la inversión física, mejorar la educación y fomentar políticas públicas eficaces es clave para impulsar el crecimiento económico. Sin embargo, a pesar del consenso técnico y empresarial sobre las reformas necesarias, la clase política sigue centrada en agendas superficiales que frenan cualquier avance real en la lucha contra la pobreza.