
LA TORMENTA POST PANDEMIA
La economía guatemalteca se recuperó con rapidez tras la recesión de 2020, pero arrastra secuelas estructurales: mayor informalidad laboral y pérdida de capital humano por el cierre prolongado de escuelas. La guerra en Ucrania agravó este escenario al disparar precios de combustibles y granos básicos, elevando el riesgo de una crisis alimentaria global. El país enfrenta dilemas complejos: contener la inflación sin frenar el crecimiento y proteger a los hogares vulnerables sin deteriorar las finanzas públicas. La situación exige focalizar subsidios y transferencias, racionalizar el gasto público y priorizar políticas educativas y laborales que refuercen la productividad de largo plazo.