
TRES DIMENSIONES DE LA CORRUPCIÓN
La efectividad de la lucha contra la corrupción en Guatemala depende de tres dimensiones clave: la capacidad punitiva del Estado, la percepción cultural de la corrupción y el diseño institucional que la permite o la previene. Aunque ha habido avances desde 2015 en el castigo a los corruptos, la sociedad guatemalteca continúa viendo estos actos como normales y tolerables. Además, el aparato estatal sigue estructurado para favorecer redes de corrupción. Romper este ciclo exige una transformación profunda del sistema político, judicial, administrativo y electoral, así como una renovación del contrato social que reinstale la ética pública como norma compartida.