
LOS SIETE PECADOS DE LA SOCIEDAD
En 1925, Gandhi identificó siete “pecados sociales” que destruyen la convivencia y frenan el desarrollo: política sin principios, riqueza sin trabajo, placer sin responsabilidad, negocios sin moral, ciencia sin humanidad, religión sin sacrificio y educación sin carácter. Estos males, visibles en la vida cotidiana, han normalizado prácticas corruptas y debilitado la confianza en las instituciones. La política se convirtió en un medio para enriquecerse, los negocios se ven marcados por la deslealtad y la ciencia y la religión han sido instrumentalizadas con fines perversos. Además, la educación pierde su propósito formador al priorizar privilegios sobre valores. La proliferación de estas actitudes alimenta un círculo vicioso: instituciones frágiles permiten más impunidad, y esa impunidad, a su vez, destruye aún más la solidez institucional y moral del país.

TRES DIMENSIONES DE LA CORRUPCIÓN
La efectividad de la lucha contra la corrupción en Guatemala depende de tres dimensiones clave: la capacidad punitiva del Estado, la percepción cultural de la corrupción y el diseño institucional que la permite o la previene. Aunque ha habido avances desde 2015 en el castigo a los corruptos, la sociedad guatemalteca continúa viendo estos actos como normales y tolerables. Además, el aparato estatal sigue estructurado para favorecer redes de corrupción. Romper este ciclo exige una transformación profunda del sistema político, judicial, administrativo y electoral, así como una renovación del contrato social que reinstale la ética pública como norma compartida.