
¿QUÉ PAÍS QUEREMOS?
El informe “Guatemala: ¿Qué país queremos?” del CES identifica propuestas para estructurar un eventual diálogo nacional, centradas en cuatro ámbitos: reformas institucionales que garanticen certeza jurídica; acciones económicas para incrementar productividad y crecimiento; medidas ambientales y urbanas que promuevan sostenibilidad; y fortalecimiento social que fomente la cultura de paz. La implementación enfrenta desafíos significativos, como la falta de perseverancia en políticas públicas y la resistencia al cambio. Priorizar iniciativas clave, como la reestructuración del sistema electoral y el combate a la desnutrición, es esencial para avanzar. El diálogo debe armonizarse con esfuerzos existentes para evitar rezagos frente a otros países.

UN GRAN DEBATE NACIONAL: ¿LA SOLUCIÓN?
El Presidente de Francia, electo como un outsider, enfrentó rápidamente la complejidad de la política y la presión de distintos grupos sociales que obstaculizaron las reformas que buscaba implementar. Ante la escalada del descontento y la polarización, decidió convocar un Gran Debate Nacional, con cabildos abiertos para consultar a los ciudadanos sobre ingresos y gastos estatales, servicios públicos, medio ambiente y democracia. Esta estrategia busca transformar la protesta en soluciones, equilibrando la participación ciudadana con la preservación de las instituciones republicanas. El caso francés ofrece una lección que podría aplicarse en contextos con crisis políticas profundas, sugiriendo que el diálogo amplio y estructurado puede fortalecer la gobernabilidad y la cohesión social.

EXLCUSIÓN, DIÁLOGO Y CAPITAL SOCIAL
Los trágicos sucesos en Totonicapán evidencian la fragilidad institucional de Guatemala y la urgente necesidad de establecer mecanismos sólidos de diálogo nacional. La falta de canales efectivos para que los diversos sectores sociales expresen sus preocupaciones y aspiraciones agrava la sensación de exclusión y marginalidad. Inspirado en experiencias internacionales, se propone fortalecer el Consejo Económico y Social (CES) como espacio plural, informado y autónomo, capaz de fomentar consensos sostenibles. Para ello, es indispensable invertir en capital social, generar confianza entre actores y reforzar las instituciones clave del Estado, sin lo cual ningún progreso duradero será posible.