
PARA ACABAR CON LAS MAFIAS TRANSNACIONALES
El crimen organizado en el Triángulo Norte genera millones de dólares, fomenta la corrupción y amenaza la estabilidad democrática. Las políticas de prohibición absoluta han fracasado, al igual que ocurrió con la prohibición del alcohol en los años treinta y la guerra contra las drogas en los ochenta. Economistas como Emmanuelle Auriol proponen un enfoque alternativo que combine legalización parcial, represión y educación para reducir el poder de las mafias y restarles rentabilidad. En el caso de las drogas, la regulación del mercado de la marihuana ya muestra avances al desplazar a los narcotraficantes. Para la migración irregular, Auriol sugiere un modelo de subasta de visas a empresas que necesitan mano de obra, lo que transparentaría los beneficios económicos. Guatemala y otros países pequeños deberían impulsar estas propuestas en foros regionales y con Estados Unidos.

RE-PENALIZAR LAS DROGAS
La propuesta del presidente guatemalteco de debatir la despenalización de las drogas reaviva un tema inevitable frente al evidente fracaso de las políticas actuales. La violencia del narcotráfico sigue creciendo, mientras Estados Unidos mantiene una postura rígida y reduce su cooperación, evidenciando una doble moral. Se requiere un enfoque más pragmático, que diferencie tipos de drogas y fases del mercado, y que avance con gradualidad hacia políticas basadas en salud pública, no sólo en represión. La experiencia europea demuestra que la descriminalización del consumo puede ser efectiva sin aumentar el uso. El debate debe ser regional, informado y urgente.