
SOLUCIONES SIN PROBLEMAS
Las reformas constitucionales propuestas por el Ejecutivo incluyen cambios fiscales y de transparencia que, sin una exposición de motivos clara, generan más dudas que certezas. Aunque algunas propuestas —como el fortalecimiento de la Contraloría General de Cuentas— resultan pertinentes, muchas otras podrían abordarse eficazmente a través de legislación ordinaria. El intento de plasmar principios generales como la rendición de cuentas o la prohibición de delegar funciones a ONGs no justifica una reforma constitucional tan amplia. Además, se ha desaprovechado la oportunidad de revisar asignaciones presupuestarias rígidas que dificultan una política fiscal eficiente. En suma, modificar la Carta Magna requiere enfoque, consenso y responsabilidad, priorizando solo aquello que verdaderamente necesita rango constitucional.

EL DILEMA DE LA TRANSPARENCIA
La reciente iniciativa de ley presentada por el presidente Pérez Molina busca mejorar la transparencia y eficiencia del gasto público, abordando problemas estructurales como la corrupción, la falta de planificación y la débil rendición de cuentas. Aunque la propuesta requiere ajustes, su aprobación rápida pero rigurosa es crucial para consolidar la reforma fiscal y garantizar la gobernabilidad. El proceso debe blindarse frente a intereses que prosperan en la opacidad, involucrando a actores técnicos y políticos con experiencia y legitimidad, y aprovechando esta oportunidad como un punto de partida para una transformación institucional duradera.