
UNA OPORTUNIDAD PARA LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA
Aunque la integración económica centroamericana ha sido durante décadas más promesa que realidad, la unión aduanera entre Guatemala y Honduras representa un paso tangible y pragmático. Con voluntad política y acuerdos bilaterales, ambos países podrían construir un espacio económico compartido que siente las bases para una cooperación más profunda en la región, a pesar de los desafíos en soberanía, normativas y ejecución.

DIVISIONES CENTROAMERICANAS
Desde la independencia, los países centroamericanos han manifestado un deseo intermitente y descoordinado de integrarse, lo que ha impedido una verdadera unidad regional. Las diferencias en ingresos per cápita, productividad y prioridades políticas refuerzan la existencia de dos “ligas” dentro del istmo: una próspera, integrada por Costa Rica y Panamá, y otra más rezagada, compuesta por Honduras y Nicaragua. Guatemala y El Salvador, mientras tanto, oscilan entre ambas. La integración no será posible sin una visión común y sin adoptar políticas estructurales que fortalezcan las instituciones, la infraestructura y el capital humano, especialmente en países como Guatemala.