
LA BÚSQUEDA (INFRUCTUOSA) DEL SALVADOR
El populismo ha proliferado en América Latina gracias a votantes desesperados que buscan soluciones rápidas a problemas estructurales. Guatemala no es la excepción: la mayoría de candidatos pide confianza en sus personalidades y no en instituciones sólidas ni en programas de gobierno. Ejemplos recientes en México y Brasil, así como en el pasado en Perú y Venezuela, muestran cómo la elección de “salvadores” populistas conduce a polarización, deterioro institucional y crisis prolongadas. El gran desafío para Guatemala es evitar caer en la misma trampa en las próximas elecciones, apostando en cambio por liderazgos con visión y compromiso de fortalecer las instituciones y emprender una verdadera reforma política.

¿SE CIERRA LA VENTANA DE OPORTUNIDAD?
En 2015, la indignación ciudadana frente a la corrupción generó una oportunidad sin precedentes para transformar el Estado guatemalteco. Sin embargo, la falta de una agenda priorizada y de liderazgos sólidos impidió canalizar ese momento histórico en reformas efectivas. En lugar de avances estructurales, el país quedó atrapado en divisiones internas y en una parálisis institucional que ha debilitado tanto la acción del gobierno como la confianza empresarial. El verdadero costo no provino del combate a la corrupción, sino de no haber aprovechado la coyuntura para implementar cambios fundamentales.