
EN DEFENSA DE LAS MIGRACIONES
El autor comparte su experiencia personal como hijo de un refugiado de guerra acogido por Guatemala, y argumenta que la migración, aunque compleja, ha traído grandes beneficios tanto a nivel individual como económico. Como economista, respalda con datos la idea de que los migrantes –calificados o no– contribuyen al crecimiento de los países receptores. Lamenta la creciente ola de rechazo hacia ellos, especialmente en naciones que fueron fundadas por inmigrantes, e insiste en que estos sentimientos deben ser contrarrestados con políticas públicas inteligentes y compasivas. Guatemala, señala, también debe prepararse para recibir migrantes de manera ordenada y digna, en defensa de un mundo más próspero y humano.