
¿ES VIABLE UN PACTO DE PAÍS?
Guatemala enfrenta una transición delicada tras años de corrupción e impunidad. Sin embargo, la falta de liderazgo y de una hoja de ruta compartida amenaza con dejar al país estancado entre el pasado y un futuro incierto. La construcción de un pacto nacional requiere una agenda consensuada, actores impulsores con legitimidad y ejecutores comprometidos. Reformas institucionales clave y políticas sociales básicas deben formar parte de este consenso. Si la sociedad civil, la comunidad internacional y sectores clave no logran articularse, la oportunidad histórica podría convertirse en un vacío de gobernabilidad.

UN PACTO POLÍTICO PROMISORIO
El Pacto por México, firmado entre el presidente y los principales partidos políticos de ese país, representa un ejemplo de madurez democrática que Guatemala aún no ha podido replicar. Este acuerdo incluye compromisos concretos para impulsar la educación, la transparencia, el desarrollo rural y la competitividad económica. Además, contempla reformas fiscales, constitucionales y legales sustentadas en el consenso y no en la imposición. Frente a la fragmentación política guatemalteca y la ausencia de políticas de Estado, este ejemplo ajeno ofrece una lección urgente: sin pactos duraderos y orientados al bien común, el país seguirá atrapado en el estancamiento institucional y la desigualdad.