
Y LOS BRAZALETES ¿PARA CUÁNDO?
La prisión preventiva, que debería ser una medida excepcional, se ha convertido en la norma en Guatemala y Latinoamérica, alcanzando hasta el 48% de la población carcelaria en el país. Este abuso no solo vulnera el principio de presunción de inocencia, sino que también agrava el colapso del sistema penitenciario. Para corregirlo, se requieren reformas legales que garanticen juicios en plazos razonables, un cambio cultural que limite su uso y la aplicación de medidas tecnológicas como los brazaletes electrónicos, aprobados por ley pero aún no implementados por negligencia estatal.