
CORREGIR SOBRE LA MARCHA
La prioridad de las políticas públicas frente a la pandemia debe ser resguardar la cohesión social y la gobernabilidad, mediante medidas sanitarias, sociales y económicas ajustadas a cada fase de la crisis. Aunque el gobierno reaccionó rápido en la contención, la etapa de mitigación ha revelado graves retrasos en la ejecución de fondos, como los del Ministerio de Salud y el Bono Familia. Programas clave para apoyar a trabajadores y empresas avanzan lentamente, con bajos niveles de desembolso. Se requiere mayor eficiencia, transparencia y flexibilidad para rediseñar estos mecanismos y convertirlos en programas permanentes que sostengan la recuperación y protejan a los más vulnerables.

GANAR TIEMPO ¿PARA QUÉ?
La inmunidad colectiva frente al covid-19 requiere que un 60% de la población adquiera defensas, ya sea por contagio natural —con graves costos en vidas— o mediante una vacuna aún inexistente. Ante esta realidad, el distanciamiento social se convierte en la única opción para ganar tiempo. Ese tiempo debe emplearse para ampliar la capacidad hospitalaria, fortalecer al personal y equipamiento médico, y diseñar una estrategia clara de reapertura económica acompañada de protocolos sanitarios y pruebas aleatorias. Asimismo, es fundamental asegurar recursos para la asistencia humanitaria y empresarial durante la emergencia y preparar políticas de reactivación. Un plan de desescalada, con fases y fechas, es indispensable para brindar certeza y orientar la recuperación.