
ELUSIVA JUSTICIA SOCIAL
Aunque la justicia social es un objetivo loable, su ambigüedad puede convertirla en una herramienta retórica sin eficacia práctica. Distinguir entre mérito, herencia y demanda de mercado es esencial para diseñar políticas que fomenten igualdad sin desincentivar la productividad. El debate entre eficiencia e igualdad sigue vigente, así como la cuestión moral del papel redistributivo del Estado. Promover igualdad de oportunidades, competencia y meritocracia puede ser el camino más sensato para avanzar hacia una justicia social real y sostenible sin comprometer el crecimiento económico ni la libertad individual.