
REFORMAS AL SISTEMA ELECTORAL
Tras el turbulento proceso electoral de 2019, Guatemala enfrenta la necesidad de reformas que fortalezcan la representatividad, el TSE y la certeza normativa. La iniciativa reciente del TSE introduce cambios positivos, como la regulación de la campaña electoral, la separación de fases del proceso y, especialmente, el voto preferente para diputados, que permite a los ciudadanos elegir candidatos específicos y promover la rendición de cuentas. Sin embargo, ciertas normas sobre transfuguismo, fiscalización de partidos y composición de juntas electorales requieren ajustes. Las futuras reformas deben consolidar la proporcionalidad en escaños, fortalecer al TSE, facilitar la participación ciudadana y acercar electores y representantes.

ASFIXIADOS POR AL VIEJA POLÍTICA
La degradación en la calificación crediticia de Guatemala por parte de Standard & Poor’s refleja el creciente deterioro institucional y la parálisis política que obstaculiza el crecimiento económico. Esta advertencia internacional debería impulsar a los liderazgos nacionales a abandonar disputas menores y enfocarse en las reformas estructurales esenciales: una transformación profunda del sistema político, del sistema de justicia, de las contrataciones públicas y del servicio civil. Persistir en la inacción frente a estas señales agrava el desencanto ciudadano con la democracia y amenaza con hundir aún más al país en la incertidumbre.

CLAVE ES PRIORIZAR
Superada la Semana Santa, el país enfrenta un momento decisivo. Para responder a las demandas ciudadanas es urgente iniciar reformas profundas en cuatro áreas clave: servicio civil, transparencia, sistema electoral y control al Congreso. A la vez, se requiere un reordenamiento fiscal que priorice programas eficaces y reduzca el gasto innecesario. Solo así se podrá avanzar en un Estado más justo y funcional.