
¿EMINENTEMENTE AGRÍCOLA?
Durante décadas se creyó que Guatemala era un país agrícola, pero la realidad económica ha cambiado. La agricultura aporta hoy menos del 15% del PIB, por debajo de la industria y los servicios, que lideran la producción nacional. En los años ochenta, el sector agrícola representaba una cuarta parte de la economía; ahora su participación y la del empleo rural han disminuido notablemente. En contraste, el sector industrial y los servicios han crecido sostenidamente, impulsando la transformación estructural del país. Guatemala dejó de ser una economía dependiente del campo y avanza hacia un modelo más diversificado y urbano.