
CLAVE ES PRIORIZAR
Superada la Semana Santa, el país enfrenta un momento decisivo. Para responder a las demandas ciudadanas es urgente iniciar reformas profundas en cuatro áreas clave: servicio civil, transparencia, sistema electoral y control al Congreso. A la vez, se requiere un reordenamiento fiscal que priorice programas eficaces y reduzca el gasto innecesario. Solo así se podrá avanzar en un Estado más justo y funcional.

LEY ELECTORAL: REFORMA SUPERFICIAL
Las reformas electorales impulsadas por el Congreso bajo la iniciativa 4974 resultan insuficientes frente a la urgente necesidad de transformar el sistema político guatemalteco. Aunque incluyen medidas positivas, como la revisión legal post-electoral o el voto nulo vinculante, ignoran aspectos esenciales como la representatividad y la democratización interna de los partidos. La ausencia de cambios estructurales en la gobernanza del TSE y la resistencia a mecanismos más participativos revelan una oportunidad desperdiciada que fortalece la política tradicional en lugar de superarla.

LECCIONES Y DESAFÍOS
El autor inicia su colaboración en elPeriódico compartiendo las lecciones que le dejó su participación electoral. A pesar de la percepción generalizada de que la política guatemalteca es corrupta y perversa, señala que el problema central radica en la improvisación y los incentivos mal diseñados. La falta de estructuras ideológicas, técnicas y estratégicas en los partidos, combinada con un electorado poco exigente, ha producido un sistema político ineficaz. La conclusión es clara: sin una reforma política profunda, no es posible construir un país con desarrollo real y sostenible.

LAS INSTITUCIONES ELECTORALES
La democracia guatemalteca está amenazada por la corrupción estructural del sistema electoral, dominado por partidos clientelistas y una autoridad electoral débil. Reformas mal enfocadas ignoran los problemas fundamentales: la falta de representatividad partidaria y la ineficacia del TSE. El fortalecimiento de estas dos instituciones es vital para consolidar la democracia y romper con el ciclo de corrupción y estancamiento. Aunque las reformas no generen efectos inmediatos, son esenciales para superar el atraso y devolver legitimidad al sistema político.