
LOS PODEROSOS DEL MUNDO
La transición del G7 al G20 como espacio central para la política económica internacional refleja el ascenso de las economías emergentes, pero no ha resuelto los desafíos clave de representatividad y eficacia. Las divisiones internas y la falta de legitimidad de su membresía debilitan su impacto, mientras que los países en desarrollo, como Guatemala, siguen marginados. Aunque recientes ajustes en las cuotas del FMI han incrementado mínimamente la influencia de estos países, el poder sigue concentrado en pocas manos, con decisiones que no reflejan equitativamente los intereses globales.