
INFORMALIDAD Y SUBEMPLEO
La Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos revela un panorama preocupante del mercado laboral guatemalteco: alta informalidad, subempleo estructural y bajos ingresos. Aunque la tasa de desempleo abierto es baja, oculta una precariedad laboral generalizada, especialmente en zonas rurales e indígenas. La informalidad afecta al 69.2% de los trabajadores y el ingreso promedio mensual es inferior al salario mínimo. Estos problemas reflejan la baja productividad económica y la fragilidad institucional del país. Abordarlos requiere políticas públicas centradas en fortalecer el capital humano, mejorar la infraestructura y consolidar las instituciones laborales.

EMPLEO Y DESARROLLO INTEGRAL
Aunque las cifras de desempleo en Guatemala parecen alentadoras en comparación con las de otros países, ocultan una realidad preocupante: el 57.2% de la fuerza laboral está subempleada. La baja productividad, especialmente en el área rural, donde la agricultura emplea al 38.8% pero apenas genera el 13.3% del PIB, está estrechamente ligada al escaso nivel educativo. Esta situación limita tanto los ingresos de los trabajadores como el potencial de crecimiento de las empresas. Frente a esta crisis estructural, el gobierno ha lanzado dos políticas —una de empleo y otra de desarrollo rural— que deben implementarse de forma coordinada para evitar contradicciones y asegurar resultados sostenibles.

EL DESAFÍO DEL DESEMPLEO
La Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos del INE revela un panorama preocupante: aunque el desempleo abierto es bajo, el subempleo afecta a más de 3 millones de guatemaltecos que trabajan en condiciones precarias e informales. La escasa cobertura de seguridad social, el desempleo juvenil desproporcionado y el bajo nivel educativo de la fuerza laboral dificultan la atracción de inversiones y frenan el crecimiento. La situación es más crítica en las zonas rurales, donde la baja productividad agrícola agrava la pobreza. Guatemala necesita con urgencia políticas económicas sostenidas y estratégicas que impulsen el empleo formal y eleven la calidad del capital humano.