
AMPLIACIÓN PRESUPUESTARIA: LO BUENO, LO MALO Y LO FEO
Dividida en tres aspectos clave —los puntos macroeconómicos positivos, las carencias en transparencia y calidad del gasto público, y las preocupantes implicaciones políticas—, la columna examina cómo, a pesar de sus sólidos fundamentos macroeconómicos, esta ampliación presupuestaria podría estar amenazada por problemas de transparencia y riesgos políticos, afectando así la confianza en la gestión fiscal del país.

SOBERANA DEUDA
Aunque la deuda privada detonó la crisis de 2008, hoy la preocupación se traslada a la deuda pública. Gobiernos que no puedan pagar sus compromisos pondrían en riesgo la incipiente recuperación global. La historia muestra que la moratoria soberana no es nueva, y países como España, Argentina o México ya la han vivido. Incluso Guatemala arrastró por décadas la famosa Deuda Inglesa. Las calificadoras internacionales advierten sobre el deterioro en países como México, El Salvador, Grecia o España, y aunque Guatemala aún mantiene una deuda relativamente baja (27% del PIB), su crecimiento reciente indica señales de alerta. Moody’s resume la situación con ironía: “Abróchense los cinturones de seguridad: se acercan tiempos turbulentos”.

CUIDADO CON LA DEUDA
La deuda pública puede ser positiva si se destina a financiar proyectos de infraestructura, salud y educación que fomenten el crecimiento económico. Sin embargo, endeudarse para cubrir gastos operativos o compromisos de gobiernos anteriores, como en el caso de una reciente ampliación presupuestaria, es inaceptable. Mantener la deuda bajo control es esencial para evitar riesgos macroeconómicos, por lo que se requiere fortalecer las finanzas públicas mediante la reforma fiscal, la lucha contra la evasión y la corrupción.