CUIDADO CON LA DEUDA
7/julio/2008
LA DEUDA PÚBLICA ES JUSTIFICABLE PARA INVERSIONES, PERO NO PARA GASTOS CORRIENTES O IRRESPONSABILIDADES PASADAS
La deuda pública, conviene aclarar desde el principio, no es dañina o indeseable per se: el endeudamiento público es justificable y conveniente cuando se destina a financiar obras de infraestructura, salud o educación, es decir, cuando los recursos provenientes de préstamos se utilizan para realizar inversiones que potencian el crecimiento económico del país y, por lo tanto, generarán a lo largo del tiempo los recursos necesarios para repagar la deuda en el futuro. Por eso mismo la ley prohíbe que la deuda pública se destine a gastos corrientes u operativos como, por ejemplo, la compra de combustibles o el pago de transferencias en efectivo, gastos que deben financiarse exclusivamente con el producto de los impuestos.
Lo que resulta moralmente inadmisible aunque sea legal y, a veces, inevitable es que un gobierno deba endeudarse para pagar los gastos en que el gobierno anterior incurrió sin apego a su presupuesto. Y esto, que denota irresponsabilidad o ineficiencia (o ambas) por parte de funcionarios del gobierno anterior, es precisamente lo que acontece con la solicitud de ampliación presupuestaria que recientemente el Ejecutivo elevó al Congreso. En dicha ampliación de Q1,400 millones, se contempla que Q500 millones se destinen a cubrir los compromisos de pago que el gobierno anterior dejó pendientes y que tienen que ver con obras de infraestructura vial que, para mayor inri, no reúnen en muchos casos los estándares mínimos de calidad debido a que fueron contratadas incorrectamente, según han reconocido el propio Colegio de Ingenieros y la Cámara de la Construcción, razón por la cual la Covial ha debido rescindir un creciente número de contratos.
La deuda debe financiar inversiones productivas, no cubrir irresponsabilidades pasadas
Si bien es cierto que el tamaño de la deuda pública de Guatemala, como proporción del tamaño de la economía, es relativamente baja, también lo es que dicha deuda no resulta tan pequeña cuando se compara con los ingresos tributarios y por ello es que las calificadoras de riesgo internacionales advierten sobre la necesidad de mantener bajo control el nivel de endeudamiento del país, ya que alcanzar niveles de deuda insostenibles podría conducir a la moratoria y, con ella, a una catástrofe macroeconómica con cierre de ventanillas de crédito, crisis cambiaria, inflación, etcétera.
De allí que resulte imprescindible que se vele porque la deuda pública conserve niveles manejables, lo cual implica, esencialmente, que el déficit fiscal se mantenga bajo control, razón por la cual no deja de preocupar que con la referida ampliación presupuestaria se esté generando un aumento de dicho déficit. El que el gobierno se vea en la necesidad de solicitar este tipo de ampliaciones pone una vez más en evidencia cuán urgente resulta fortalecer estructuralmente las finanzas públicas del país, lo que demanda no solamente la ampliación de la base tributaria y la profundización del combate a la evasión, sino que también la reforma y el fortalecimiento de las instituciones que velen por la racionalización y eficiencia del gasto público, conjuntamente con el emprendimiento de una cruzada nacional para combatir frontal y decididamente el cáncer de la corrupción que está matando al Estado.