POLÍTICA MONETARIA PARA 2009
05/enero/2009
LA JUNTA MONETARIA ESTABLECE UNA META DE INFLACIÓN Y AJUSTES EN SU POLÍTICA MONETARIA
La Junta Monetaria aprobó el pasado 23 de diciembre la Política Monetaria, Cambiaria y Crediticia para 2009. Aunque muchos de los elementos que componen dicha política, así como la forma en que están estructurados, guardan gran similitud con las políticas que estuvieron vigentes en 2008 y en años anteriores, existen para 2009 algunas sutiles pero importantes innovaciones que bien vale la pena analizar.
Conviene hacer hincapié en que la política monetaria es solamente uno de los muchos componentes que integran la política económica del país y, por ende, no es correcto esperar, ni mucho menos, que la solución a todos los problemas económicos que se avizoran para el nuevo año recaiga únicamente sobre la política monetaria. Lo que ocurre es que, bien sea por mandato legal o por tradición corporativa, la política monetaria es objeto de revisiones y evaluaciones periódicas que se hacen públicas y que, por lo tanto, están sujetas al escrutinio de expertos e inexpertos de una manera más sistemática que otras políticas económicas, como la fiscal, la comercial, la laboral o la de competitividad que, siendo igualmente importantes, no observan el mismo nivel en materia de rendición de cuentas ante la opinión pública.
Entre las principales novedades que trae la política monetaria recién aprobada cabe mencionar, en primer lugar, que se establece una meta de inflación de mediano plazo que, como máximo, alcance un 5% anual en un proceso de convergencia gradual a partir de una meta inflacionaria para 2009 de 6.5%, como máximo. Este es un cambio de enfoque necesario que debe ayudar a la Junta Monetaria a actuar de manera más prospectiva, centrándose más en el análisis de la inflación esperada y menos en el de la inflación pasada.
La política monetaria no puede, por sí sola, solucionar todos los problemas económicos
Congruente con lo anterior, la política monetaria para 2009 define como variables indicativas únicamente a aquellas que permitan comparar la inflación esperada con su meta, de manera que con base en esa comparación se adopten las medidas que sean necesarias para lograr la referida meta. De esta manera, otras variables que anteriormente eran centrales, como la emisión monetaria o los medios de pago, pasan ahora a ser simples variables para el seguimiento, con lo cual se da un paso importante en la adopción de un régimen de metas explícitas de inflación que sustituye al antiguo régimen basado en la oferta monetaria. En el mismo sentido, la política monetaria para 2009 se plantea continuar avanzando en la flexibilización del mercado cambiario y en la profundización del mercado secundario de valores, ambos factores clave para el adecuado funcionamiento del esquema de metas de inflación.
El entorno económico que se vislumbra para 2009 plantea retos fundamentales que pondrán a prueba la capacidad del Banco de Guatemala para llevar a cabo las buenas intenciones contenidas en la política aprobada por la Junta Monetaria. Por una parte, las sombrías perspectivas económicas de los países industrializados dejarán sentir sus efectos inevitables sobre la economía nacional. Por otra, las limitaciones estructurales que nuestra economía exhibe en materia fiscal aconsejan seguir actuando con prudencia en materia de gasto público. Esperemos que ambos factores, ajenos a las decisiones de la banca central, contribuyan al éxito de la política monetaria en 2009.