UN PROBLEMA DE IMAGEN
08/septiembre/2008
EL TURISMO EN GUATEMALA ENTRE EL POTENCIAL Y LOS DESAFÍOS
El clima es maravilloso; los sitios arqueológicos, asombrosos; la riqueza cultural, admirable; y, la diversidad ambiental, prodigiosa. Evidentemente, Guatemala debería estar repleta de turistas. Por desgracia, el crimen y la violencia mantienen alejadas a las que deberían ser hordas de vacacionistas: los asesinatos con machete, las violaciones y los asaltos a mano armada contra turistas que frecuentemente reportan los medios de comunicación internacionales lastran terriblemente el desarrollo de la actividad turística en el país. El principal desafío para la industria es el de conjurar los temores que los turistas tienen de ser asaltados y heridos. No es suficiente elaborar y distribuir bellos trifoliares, o gastar varios millones de quetzales en El Salvador para promover el destino Guatemala durante las ferias agostinas. La mejor forma de mercadeo turístico debería ser la publicidad de boca en boca.
El turismo podría convertirse en una actividad central que no solamente genere producción, empleo y riqueza, sino que también contribuya, por su propio beneficio, a la sostenibilidad ambiental y la protección cultural de nuestras muchas riquezas. Y la única forma en que los guatemaltecos nos beneficiemos del enorme potencial económico y social del turismo es que nos visiten más turistas. Es cierto que el número de turistas ha venido creciendo sostenidamente, pero es indudable que podrían atraerse muchos más, lo cual resulta evidente al compararnos con realidades como la de Costa Rica que, con una oferta francamente menos rica y sofisticada que la nuestra, logra atraer cantidades mucho mayores de visitantes. Y eso que la ventaja competitiva de Guatemala en materia de turismo va más allá de la oferta costarricense de playa y bosque, pues se centra, además, en aspectos históricos, culturales y ambientales.
La inseguridad es el mayor obstáculo para que Guatemala explote su riqueza turística
De ahí que el Estado debería dedicar más recursos a la promoción del turismo. No tengo datos precisos del porcentaje de recursos públicos que se destinan a campos relacionados con el turismo, pero está claro que, cualquiera que sea la cifra actual, es mucho menor al 5.2%, que es el promedio mundial. No es de extrañar, por tanto, que muchas atracciones guatemaltecas permanezcan prácticamente desconocidas para el turista y, por ende, ampliamente desperdiciadas. Por supuesto que la mayoría de éstas requiere de inversiones en infraestructura. Pero no solo el gobierno central debería dedicar más recursos al turismo: las empresas del sector podrían invertir un poco más en la promoción del país, quizá en forma de pequeñas, pero importantes y urgentes, acciones como la edición de mapas en otros idiomas, la preparación de guías callejeras o el desarrollo de sitios de Internet. Además, las autoridades locales pueden jugar un rol fundamental en el desarrollo turístico, empezando con capacitar a su personal para que brinde asistencia e información al turista.
Guatemala tiene un gran potencial para la actividad turística y obtener los beneficios que de ella se derivan, incluyendo la creación de empleos y la atracción de divisas. Pero para ello debe mejorarse la forma en que se promueve el país, mejorar la infraestructura y, principalmente, calmar los temores genuinos de los extranjeros respecto de su seguridad personal en nuestro territorio.