CRECIENDO BIEN ¿O NO?

13/septiembre/2008


¿ES SUFICIENTE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DE GUATEMALA?

El título de la columna de hoy no se refiere al relativamente exitoso programa Creciendo Bien que impulsó en el gobierno anterior la esposa del Presidente Berger, programa que, por cierto, falleció porque nunca logró inscribirse dentro de la institucionalidad del Estado sino que más bien se trató de un proyecto de carácter personal. No. A lo que quiero referirme es al anuncio hecho por el banco central el pasado jueves en cuanto a que el crecimiento de nuestra economía previsto para 2008 sería de 4.3%, menor al 4.8% que se había estimado meses atrás, y que acarrea la obligada pregunta de si, a esa tasa anual, la producción nacional está creciendo adecuadamente o no.

Inmediatamente, algunos reporteros de prensa y locutores de programas radiales, sin mayor análisis económico, transmitieron la notica con un dejo pesimista que implicaba que “a penas” vamos a crecer en 4.3%. La verdad es que, siendo objetivos, esa tasa de crecimiento no es realmente mala, ni desde el punto de vista histórico, ni desde la perspectiva de la coyuntura económica mundial. En efecto, en los últimos 18 años el PIB ha crecido anualmente, en promedio, a una tasa de 3.6%, por lo que el crecimiento esperado para 2008 resulta mayor que el promedio registrado entre 1990 y 2007. Nada mal si, además, se toma en cuenta el entorno mundial prevaleciente, caracterizado por la desaceleración de nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, cuya producción aumentó solamente 2.2% en 2007 y se estima que crezca aún menos (1.3%) en 2008.

Para combatir la pobreza, la economía guatemalteca debe crecer por encima del 6% anual

Por supuesto que algunos sectores específicos se ven más afectados que otros, tal el caso de la construcción que, de acuerdo con las estimaciones del Banco de Guatemala, será el único sector que muestre un decrecimiento (de 1.1%) respecto a 2007. Pero ello no es algo inusual en este sector que es uno de los que mayor volatilidad muestra en su desempeño histórico, tal como lo ilustra el hecho de que la actividad de la construcción, luego de decrecer 8.9% en 2004, mostró tasas de crecimiento tan elevadas como 13.1% y 12.0% en 2006 y 2007, respectivamente.

Ahora bien, desde el punto de vista de cuánto necesita crecer nuestra economía para combatir sosteniblemente la pobreza es evidente que no estamos creciendo bien, aún y con todos los atenuantes mencionados anteriormente. Para generar niveles de bienestar que nos saquen del vergonzoso club de países que muestran los peores indicadores de salud, educación y pobreza generalizada, la tasa de crecimiento del PIB debería superar el 6% anual. Lograr tal desempeño económico requiere algo más que estabilidad macroeconómica y buenas condiciones externas: se necesitan niveles significativamente mayores de inversión y productividad. Un reciente estudio sobre Guatemala elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (denominado “Más crecimiento, más equidad”) demuestra convincentemente cuán esencial resulta priorizar las políticas públicas en materia de reformar el sistema educativo, focalizar la inversión en la infraestructura básica y fortalecer las instituciones que propicien la seguridad pública y el estado de derecho. Sólo así podremos, algún día, crecer bien.

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