
ENTRE RISAS Y REZAGOS
Guatemala aparece bien posicionada en el ranking mundial de felicidad. Pero sigue mal en el de desarrollo humano.
¿Cómo explicar esa paradoja? ¿Y qué consecuencias tiene para nuestras políticas públicas?
En esta columna analizo los nuevos datos de la ONU y propongo tres reformas urgentes para transformar sonrisas en progreso sostenible.

GUATEMALA, ¡FELIZ!
A pesar de sus múltiples desafíos económicos y sociales, Guatemala figura entre los países más felices del mundo según varios índices internacionales. La explicación va más allá del ingreso: vínculos comunitarios, adaptabilidad y un entorno natural favorable influyen significativamente en el bienestar subjetivo de la población. El caso guatemalteco ilustra cómo la felicidad no depende únicamente de la riqueza material.

NUESTRAS NECESIDADES
La jerarquía de necesidades de Maslow permite entender los desafíos que enfrenta Guatemala, donde amplios sectores aún no satisfacen sus necesidades básicas como alimentación o seguridad. A pesar de ello, los lazos comunitarios y familiares suplen en parte las necesidades sociales, y sorprendentemente, el país figura entre los más felices según encuestas. Esta paradoja resalta la resiliencia de su gente y plantea interrogantes sobre el vínculo entre bienestar material y satisfacción personal.