
EMERGENCIA NACIONAL
Ante la crisis alimentaria en Guatemala, resurgen propuestas improvisadas que buscan soluciones instantáneas en lugar de fortalecer los mecanismos ya establecidos. Subsidiar productores de maíz o crear nuevos ministerios no resolverá el problema si no se gestiona adecuadamente la institucionalidad existente. La SESAN y el Sistema de Seguridad Alimentaria y Nutricional ya prevén estrategias para enfrentar estas crisis, pero su implementación ha sido deficiente. Declarar un estado de emergencia podría incluso agravar la situación al debilitar la transparencia en la administración de recursos.

LA PIEDRA FILOSOFAL
Muchas decisiones políticas en Guatemala parecen inspiradas en la alquimia medieval: buscan soluciones rápidas y espectaculares en lugar de consolidar estrategias sostenibles. Grandes megaproyectos, programas asistenciales improvisados y reformas fragmentadas han desviado recursos y esfuerzos de planes ya existentes que podrían generar un verdadero impacto a largo plazo. El país no necesita más propuestas efímeras, sino gestores comprometidos con la ejecución eficiente de políticas bien diseñadas.