¿MEGA-PROYECTOS O MEGA-ILUSIONES?
Los megaproyectos anunciados durante el gobierno de Óscar Berger —entre ellos un nuevo aeropuerto, un anillo metropolitano y el saneamiento del lago de Amatitlán— quedaron en su mayoría inconclusos por falta de recursos y planificación realista. Su costo superaba el 80% del presupuesto estatal, evidenciando que eran más aspiraciones que proyectos ejecutables. Ante la limitada capacidad financiera del Estado, Guatemala debe priorizar inversiones sostenibles y recurrir a mecanismos como el endeudamiento controlado, las concesiones y las alianzas público-privadas. Para que estas sean exitosas, se requiere un marco legal moderno, instituciones sólidas de supervisión y transparencia. Solo así podrán transformarse las mega-ilusiones en obras concretas que impulsen el desarrollo nacional.
Y EN ENERO, EL “CÓMO”
Durante la campaña electoral, los partidos presentaron diagnósticos y medidas generales, pero pocos abordaron el “cómo” de la implementación de políticas públicas. La efectividad de las políticas depende de procesos políticos sólidos, instituciones funcionales y liderazgo visionario. Experiencias como las analizadas por el BID muestran que la credibilidad y la ejecución eficiente son más importantes que aplicar recetas teóricamente óptimas.