
VACUNACIÓN, UNA PRIORIDAD ECONÓMICA
Un año después del inicio de la vacunación contra Covid-19 en Guatemala, solo un tercio de la población cuenta con el esquema completo, y uno de cada cuatro guatemaltecos no ha recibido ninguna dosis. La vacunación masiva no solo protege la salud, sino que también impacta positivamente en la economía, especialmente en sectores como turismo, hoteles y restauración. Vacunar a niños en edad escolar es esencial para garantizar la continuidad educativa y la productividad futura. La estrategia de salud pública para 2022 debe priorizar la vacunación de todos los grupos etarios, considerando este gasto como una inversión con altos réditos sociales y económicos.

RECUPERACIÓN ECONÓMICA EN 2021
En 2021 Guatemala alcanzó una tasa de crecimiento del 7.5%, la más alta en cuatro décadas, impulsada sobre todo por el consumo de los hogares y las remesas récord. Este repunte permitió recuperar el nivel de producción que se habría tenido sin la pandemia, aunque no superarlo. El PIB llegó a Q544 millardos, apenas por debajo de los Q548 millardos estimados sin la crisis. Las medidas fiscales y monetarias ayudaron a mitigar el impacto y acelerar la recuperación, demostrando resiliencia. Sin embargo, persiste la dependencia del consumo interno y las remesas, lo que exige fortalecer inversión y productividad en adelante.

A PURAS REMESAS Y CONSUMO
El crecimiento reciente se debe al rebote del consumo interno sostenido por remesas enviadas desde Estados Unidos, cuyo dinamismo laboral y estímulos fiscales impulsan la recuperación guatemalteca. Sin embargo, no es resultado de políticas nacionales. Los riesgos siguen presentes: baja cobertura de vacunación, tercera ola de contagios y debilidad institucional, factores que amenazan la confianza y la estabilidad económica. Aunque la producción recuperará niveles de 2019, el crecimiento no superará el 3.5% anual, cifra insuficiente para reducir pobreza o desigualdad. La clave está en elevar la productividad y fortalecer instituciones políticas y económicas que permitan salir de la mediocridad estructural.

PARA SALIR DE ESTA LARGA PANDEMIA
El FMI proyecta un crecimiento del 4.5% para Guatemala en 2021, tras la caída de 1.5% causada por la pandemia. Sin embargo, la persistencia del Covid-19 y sus secuelas estructurales, como la afectación de ingresos de la clase media, el cierre escolar prolongado y los déficits fiscales, generan incertidumbre sobre estas proyecciones. La prioridad inmediata es acelerar la vacunación masiva y fortalecer los sistemas de salud, mientras que en el mediano y largo plazo se requiere un esfuerzo triple: reformas institucionales, ampliación del acceso a infraestructura y servicios, y medidas fiscales que recuperen la sostenibilidad y fomenten el crecimiento económico.

NUBARRONES EN EL HORIZONTE
Tras la contracción de 2020, Guatemala proyectaba un repunte económico en 2021, respaldado por la reactivación mundial, exportaciones y remesas. Sin embargo, la recuperación enfrenta obstáculos: nuevas olas de contagios, mutaciones del virus y retrasos en las vacunas, que limitan turismo y comercio exterior. A nivel interno, la falta de readecuación presupuestaria mantiene un gasto sobredimensionado y dudas sobre la sostenibilidad fiscal. La lenta vacunación, el desempleo persistente, la parálisis en las cortes, la fragmentación política y el deterioro institucional agravan la incertidumbre. Reenfocar políticas en inmunización, estabilidad fiscal y reformas institucionales es esencial para garantizar inversión y empleo.

POTENCIAR LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA
La economía muestra señales de recuperación tras la crisis, con un crecimiento proyectado de 3.5% para 2021, aunque aún insuficiente para alcanzar los niveles previos a la pandemia. Consolidar ese crecimiento exige superar cuatro desafíos principales: recuperar la confianza de consumidores e inversionistas, lo que requiere gasto público estratégico en salud y vacunación; movilizar la liquidez disponible hacia crédito productivo mediante fondos de garantía; mantener disciplina fiscal mientras se invierte en salud, educación e infraestructura; y fortalecer las instituciones del Estado para garantizar certeza jurídica y eficiencia en la gestión pública. Solo así podrá asegurarse una recuperación sólida y duradera.

RECUPERACIÓN: ¿SIN EMPLEOS?
Mientras la economía mundial, liderada por EE. UU., muestra señales de leve recuperación tras la crisis, la sostenibilidad de este crecimiento está estrechamente ligada a la creación de empleo. En Guatemala, a pesar de algunos indicadores positivos del PIB, no se cuenta con datos actualizados sobre el desempleo. Esta ausencia de estadísticas impide diseñar políticas efectivas que aseguren un crecimiento con inclusión laboral. La falta de compromiso del INE con la generación sistemática de estos datos representa una debilidad estructural que limita las posibilidades de una recuperación económica sólida y sostenible.

LECCIONES PARA 2010
La salida de la recesión global de 2008 deja lecciones fundamentales. La crisis fue provocada por el autoengaño de inversionistas y banqueros, pero también por la inacción de reguladores. La lógica del mercado falló, permitiendo la formación de una burbuja especulativa en la vivienda, alentada por créditos blandos y expectativas irreales. Dos lecciones clave surgen de esta experiencia: la verdadera riqueza radica en la capacidad productiva y no en los productos financieros; y la economía solo funciona si se sustenta en principios éticos sólidos. Más allá de las regulaciones estatales, se requiere liderazgo empresarial responsable y una cultura empresarial basada en la integridad, el esfuerzo y el compromiso social.

GOBERNABILIDAD Y PROSPERIDAD
La crisis financiera mundial ha dominado el debate en los últimos años, pero ahora es crucial enfocarse en la relación entre gobernabilidad y prosperidad económica. Guatemala ha resistido mejor que en crisis anteriores gracias a políticas macroeconómicas responsables, pero persisten riesgos, como el posible abandono de la disciplina fiscal. La estabilidad política y económica sigue dependiendo de la inversión en capital humano y social, garantizando derechos de propiedad y el respeto a la ley. La recuperación económica solo beneficiará al país si las decisiones políticas siguen un rumbo responsable.

CENTROAMÉRICA ANTE LA CRISIS
Centroamérica enfrenta los efectos de la crisis económica mundial de maneras distintas, según la estructura de cada país. La clave para mitigar su impacto es restaurar la confianza en el sistema financiero y evitar decisiones que agraven las debilidades estructurales. Cada país debe centrarse en estrategias específicas: Guatemala en una política fiscal prudente, El Salvador en evitar la polarización, Honduras en reducir su dependencia del financiamiento externo, Costa Rica en fortalecer su estabilidad financiera y Nicaragua en recuperar credibilidad institucional. No se requieren soluciones mágicas, sino visión estratégica para salir fortalecidos de la crisis.