TRANSFORMACIONES GEOGRÁFICAS
16/marzo/2009
LA GEOGRAFÍA ECONÓMICA ES FUNDAMENTAL PARA IMPULSAR EL CRECIMIENTO Y EL DESARROLLO INCLUSIVO
Las discusiones sobre macroeconomía están de moda, incluyendo las relativas a cuán adecuada resulta esta rama del saber para explicar la realidad de la crisis financiera mundial. Por eso no deja de resultar refrescante, aunque pueda parecer alejado de la actualidad, que el Banco Mundial haya dedicado su Informe sobre el desarrollo mundial 2009 a la Geografía Económica, tema que había estado relegado a un segundo plano tanto en los libros de texto como en los manuales de los formuladores de políticas públicas. Este informe plantea que, según la experiencia de desarrollo de Europa, Norteamérica y Japón, las transformaciones que aceleran la urbanización, que permiten las migraciones y que fomentan el comercio de productos especializados resultan claves para acelerar el crecimiento económico.
El Banco Mundial sostiene que es posible lograr una mezcla equilibrada de políticas públicas regionales (como la consolidación de instituciones o la inversión en infraestructura geográficamente pertinente) que ayude a dar forma a la geografía económica a fin de lograr un desarrollo más incluyente, aunque no necesariamente más equilibrado espacialmente. Para el efecto las políticas deben afectar las tres dimensiones de la geografía económica: en primer lugar una densidad poblacional que genere una mayor riqueza en la medida en que las ciudades crecen, pero sujeta a una normativa que favorezca que esa densidad promueva la convergencia en los niveles de vida entre las aldeas y las grandes ciudades.
La segunda dimensión es la de la distancia entre las zonas donde se concentra la actividad económica y las que quedan rezagadas. Dicha distancia debe reducirse mediante políticas que promuevan la movilidad de la mano de obra y la reducción de los costos de transporte mediante inversiones en infraestructura. Y la tercera dimensión de la geografía económica es la de reducir las divisiones, es decir, las barreras al flujo del comercio, ya sea entre países o entre regiones de un mismo país y que ocurren ya sea por la impermeabilidad de las fronteras o por diferencias en reglamentos, en usos o en costumbres.
Reducir distancias, mejorar la infraestructura y fomentar el comercio son esenciales para un desarrollo equitativo
El informe enfatiza la importancia de que exista una mejor conexión entre las zonas rurales y las urbanas, entre las barriadas y otras zonas citadinas, entre zonas pobres y ricas de un mismo país, y entre países aislados y países integrados a los mercados mundiales. Por ello concluye que las transformaciones en las tres dimensiones geográficas mencionadas –densidad, distancia y división- son esenciales para el desarrollo económico y deben ser impulsadas mediante políticas adecuadas.
Para el caso de Guatemala, estas ideas plantean interesantes desafíos a los formuladores de políticas. Por ejemplo, en materia de desarrollo rural deben contemplarse políticas que sean neutrales desde el punto de vista geográfico pero con cierta institucionalidad que permita un proceso de urbanización ordenado en los lugares donde surja naturalmente, lo que requiere de una provisión generalizada de servicios básicos. También es fundamental atacar con decisión la falta de ordenamiento territorial, la escasez de infraestructura y el desordenado crecimiento de los barrios populares, todo lo cual demanda una política integral a nivel del Estado. El debate sobre estos temas resulta impostergable.