LA DEMOCRACIA EN RETIRADA
14/febrero/2010
GUATEMALA PRESENTA LOS NIVELES MÁS BAJOS DE APOYO A LA DEMOCRACIA EN LATINOAMÉRICA
Dos estudios recién publicados arrojan resultados preocupantes respecto de la situación de la democracia en Guatemala. El primero es el “Latinobarómetro 2010", basado en las encuestas que anualmente comisiona la Corporación Latinobarómetro (una ONG chilena) para 18 países de Latinoamérica y que, en el caso de Guatemala, se basa en una muestra de 1,000 boletas a cargo de la encuestadora CID-GALLUP.
El desencanto de los guatemaltecos con la democracia se confirma con otros indicadores: menor rechazo al autoritarismo, escasa participación y desconfianza generalizada
El Latinobarómetro 2010 muestra a nuestro país como el menos comprometidos con la democracia: sólo el 46% de los encuestados se manifestó a favor de la democracia, el porcentaje más bajo de la Región. También muestra que, mientras que en Uruguay un 91% de los ciudadanos están de acuerdo con que “la democracia es el mejor sistema de gobierno”, en Guatemala sólo el 59% concuerda con ello, de nuevo el porcentaje más bajo.
El desencanto de los guatemaltecos con la democracia se confirma con otros indicadores: nuestro país es, en Latinoamérica, donde menor rechazo tendría un gobierno militar (33%, contra un 90% en Costa Rica). El guatemalteco es también el latinoamericano con menor interés en participar en política (17% contra 35% en Venezuela, Uruguay y Brasil), lo que refleja nuestra falta de confianza en las instituciones. Guatemala y El Salvador muestran, según la encuesta, el mayor deterioro de la confianza ciudadana en sus instituciones democráticas.
Solamente el 25% de los guatemaltecos cree que las políticas públicas mejoran sus condiciones de vida (contra un 71% en Uruguay). La inseguridad no solo es el principal problema del país, según la mayoría de encuestados (35%), sino que también se percibe en franco deterioro: el 77% de los guatemaltecos, más que en cualquier otro país, cree que el suyo es un país cada día más inseguro.
El desencanto no se centra en las instituciones públicas: solamente el 59% de los guatemaltecos está de acuerdo en que “la empresa privada es indispensable para el desarrollo del país”, de nuevo el más bajo de una Región donde el 71% concuerda con ese aserto. Asimismo, somos el país donde se registra el menor porcentaje (5%) de opiniones favorables acerca de la situación económica actual (contra 38% en Brasil).
El otro documento reciente es el “Democracy index 2010”, publicado por The Economist Intelligence Unit, de Londres, en el que Guatemala ocupa el puesto 76 de167 países, poniéndolo entre los 53 países considerados como "democracias defectuosas". En Latinoamérica y el Caribe, Guatemala ocupa el puesto 17 de 24 países, por delante de Honduras (puesto 88) y Nicaragua (90), pero detrás de Costa Rica (25), Panamá (46), y El Salvador (61).
Aunque hubo una leve mejora de puestos (en 2008 Guatemala ocupó el lugar 79), esto se debió al deterioro significativo de Honduras y Nicaragua. De hecho, el puntaje absoluto de calificación disminuyó ligeramente debido al rápido deterioro de la seguridad pública. El Democracy index se basa en 60 indicadores agrupados en cinco categorías: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del gobierno, participación política y cultura política.
De las cinco categorías, la que más apoya la puntuación global de Guatemala es la del proceso electoral, ya que las elecciones libres y justas ayudan a que el país tenga una calificación de 8.75 (sobre 10). La calificación global también se apoya en la categoría de libertades civiles (7.35/10), que incluyen la libertad de prensa y la libertad religiosa.
Sin embargo, la categoría de funcionamiento del gobierno (6.43 /10) sigue siendo un obstáculo para la democracia y arrastra la puntuación de Guatemala hacia abajo debido a la corrupción generalizada, la penetración del crimen organizado, la falta de transparencia y un servicio civil débil. Peor aún resultan las puntuaciones en las categorías de participación política (3.33/10) y de cultura política (4.38/10), lo que según este estudio subraya el carácter fragmentario de la sociedad guatemalteca y de su sistema político.
Estas frías cifras deben constituir un llamado de alerta, no sólo para la clase política, sino para la ciudadanía en general de cara a las elecciones que se convocarán en mayo próximo, en las que, sin duda, estará en juego mucho del futuro de nuestra joven y fatigada democracia.