SÓLO POR SI ACASO…

04/abril/2009


EL FMI HA AMPLIADO SU APOYO A GUATEMALA MEDIANTE UN ACUERDO STAND-BY, CON EL OBJETIVO DE GARANTIZAR ESTABILIDAD ECONÓMICA EN MEDIO DE LA CRISIS GLOBAL

Hasta hace dos años, la irrelevancia era la principal seña de identidad del Fondo Monetario Internacional; sus clientes habituales en Latinoamérica y Asia cancelaban sus deudas y acumulaban crecientes reservas monetarias internacionales que hacían innecesario el apoyo del FMI y sembraban dudas sobre la necesidad de su existencia. La actual crisis económica mundial ha cambiado radicalmente la situación; el FMI ha recibido el respaldo de sus principales socios (el G-20) y ha visto reafirmado su mandato de velar por la estabilidad de los flujos financieros internacionales, como resultado de lo cual ha incrementado rápidamente los préstamos concedidos en los últimos meses a países que se han sentido amenazados por la reducción del crédito transfronterizo y por los efectos de la recesión en los países avanzados.

Lo que parece no haber cambiado es la reticencia con la que los países que lo necesitan acuden al auxilio del FMI, quizá porque aún están frescas las heridas infligidas por las duras condiciones que dicho organismo financiero exigió en décadas pasadas a cambio de desembolsar los recursos que estos países demandaban. En el caso de Guatemala, curiosamente, la actitud suele ser muy diferente a la de la mayoría de países: aquí nunca se recibió a las misiones fondomonetaristas con manifestaciones callejeras (como las muchas que hubo, por ejemplo, en Argentina o Brasil), sino con una sorda indiferencia que intentaba ocultar la esperanza de que las condiciones de un programa económico con el FMI servirían de límite a los despropósitos que los políticos suelen ensayar en tiempos de crisis.

Ahora, la hiperactividad del FMI incluye un Acuerdo Stand-By por US$936 millones a favor de Guatemala, aprobado recientemente por el Directorio Ejecutivo de la entidad, que tiene un carácter de precautorio; es decir, que no existe intención de utilizar dichos recursos a menos que ocurra una aguda escasez de liquidez externa que demande hacer efectivo el préstamo. En tal sentido, y dado que en el momento actual nuestro país no parece tener problemas de balanza de pagos, el Stand-By puede interpretarse como parte de una estrategia para contar con un colchón de liquidez potencial, “por si acaso”, que permita aumentar la confianza de los agentes económicos e inversionistas. Las calificadoras internacionales de riesgo soberano, entre otros, ven muy positivamente este tipo de respaldo del Fondo a las políticas macroeconómicas de los países calificados.

La estrategia luce, pues, positiva porque el Stand-By efectivamente establece metas que, en la práctica, evitan que las políticas macroeconómicas se salgan de cauce; el acuerdo recién aprobado contiene, por ejemplo, metas respecto del déficit fiscal (2.4% del PIB como máximo), de la inflación, del gasto social y del fortalecimiento del sistema financiero, todo lo cual contribuye a mejorar la percepción que tienen sobre el país los agentes económicos nacionales y extranjeros. Además, en respuesta a las amargas experiencias pasadas y a la gravedad de la crisis actual, el FMI ha suavizado notablemente la condicionalidad en sus programas, que ahora toleran mayores niveles de déficit fiscal y de inflación, han reducido el número de metas a seguir y han reenfocado sus objetivos. Es una ocasión que había que aprovechar, por si acaso.

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El acuerdo recién aprobado contiene, por ejemplo, metas respecto del déficit fiscal, la inflación, el gasto social y el fortalecimiento del sistema financiero, todo lo cual contribuye a mejorar la percepción sobre el país

 

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