AGENDA DE DESAFÍOS

16/julio/2007

UN PASO ADELANTE, PERO CON CAUTELA

En un país en el que las noticias positivas suelen ser escasas, el anuncio de una mejora en la perspectiva de la calificación de riesgo-país, como la anunciada hace algunos días por la calificadora Standard & Poor’s, debe ser motivo de satisfacción y cauto optimismo. En la columna anterior, al analizar la calificación que la agencia Moody´s le otorga a Guatemala, planteamos algunas razones que explican cuán importante es mantener una buena calificación crediticia para alcanzar niveles adecuados de inversión y empleo.

Esta buena noticia (la reciente calificación de Standard & Poor’s) no debiese, sin embargo, dar lugar a la complacencia ni impedirnos reconocer que aún falta mucho por hacer para alinear la actual calificación del país con la de otras naciones de similar nivel de desarrollo. La propia opinión de la referida empresa calificadora permite identificar en más detalle los desafíos que enfrentamos como país para mejorar la calificación de crédito.

El primer desafío consiste en consolidar las mejoras que, según Roberto Sifón, analista de Standard & Poor’s, respaldan la decisión de haber mejorado la perspectiva de la calificación de Guatemala. Por una parte, la existencia en el país de un creciente consenso en cuanto a continuar aplicando políticas macroeconómicas prudentes. De hecho, Sifón afirma que el reciente aumento en la tasa de crecimiento económico se debe, en gran medida, a la confianza que el sector privado percibe respecto de la dirección futura de la política económica. Por otra parte, se resalta la mejora registrada en la recaudación tributaria y el fortalecimiento de algunas instituciones, cuya independencia ha sido respetada por el Ejecutivo (como el Tribunal Supremo Electoral, la Corte de Constitucionalidad y el Banco Central).

La mejora en la calificación de riesgo es motivo de optimismo, pero no de complacencia

El segundo y crucial desafío radica en tomar las acciones que, según la entidad calificadora, permitirían mejorar la evaluación del país. Entre ellas destaca la necesidad de mejorar la cohesión política, a fin de desvanecer la sensación que existe afuera respecto a que en Guatemala es muy difícil arribar a consensos nacionales, lo que se traduce en una mayor percepción de riesgo. Asimismo, Sifón señala la necesidad de aumentar los ingresos del fisco y ampliar la base tributaria, conteniendo la deuda pública, como elementos fundamentales para mejorar el perfil financiero de Guatemala.

Los desafíos que señala Standard & Poor’s (que no difieren mucho de los que las otras calificadoras identifican) constituyen una apretada agenda de políticas públicas para Guatemala en el corto plazo. Resulta interesante reparar en el hecho de que dicha agenda no proviene de la opinión (usualmente menospreciada por las izquierdas) del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial; tampoco la plantea ninguna agencia del Sistema de Naciones Unidas (opinión menospreciada por las derechas). Es, simplemente, la prescripción que nos receta Wall Street.

 

Anterior
Anterior

ATERRIZAJE FORZOSO