
NAVEGAR EN AGUAS TURBULENTAS
En mi columna “Navegar en aguas turbulentas” reflexiono sobre el nuevo entorno global marcado por proteccionismo, aranceles e incertidumbre. Guatemala, si bien resiliente, debe actuar con prudencia: preservar su estabilidad macroeconómica, negociar con EE.UU. y retomar reformas institucionales que fortalezcan su productividad y gobernanza.

REVITALIZAR LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Sobre la necesidad de priorizar políticas públicas para el desarrollo y bienestar, en cinco áreas clave: combate a la pobreza y desnutrición mediante medidas estructurales y no asistencialistas; mejora de servicios públicos básicos (educación, salud, seguridad e infraestructura); impulso a la productividad mediante un marco legal estable; gobiernos transparentes y eficientes mediante reformas institucionales; y, una política de apertura económica frente a tendencias globales proteccionistas.

LOS PELIGROS DEL PRESUPUESTO
La aprobación del Presupuesto del Estado 2025 en el Congreso ha sido apresurada y problemática. En lugar de corregir las falencias del proyecto enviado por el Ejecutivo, la Comisión de Finanzas incrementó aún más el gasto y el déficit fiscal, añadiendo opacidad al presupuesto. El presupuesto no responde a políticas de Estado y refleja una oportunidad perdida para la prudencia fiscal, generando desilusión entre quienes esperaban mejoras en la gestión pública.

TRUMP Y NUESTRA ECONOMÍA
En estacolumna analizamos el impacto que el cambio de gobierno en Estados Unidos, con la llegada de Trump, podría tener sobre la economía guatemalteca. Empezando por el flujo de remesas familiares, y pasando por el acceso a mercados para nuestras exportaciones, se prevén efectos inmediatos y potenciales de estas políticas que advierten sobre la necesidad de preparar acciones de política pública en Guatemala: atención a migrantes, fomento al empleo y a la empresarialidad, búsqueda de mercados y atracción de inversiones son los desafíos que podrían redefinir el futuro económico de nuestro país.
LAS PRIORIDADES DEL GOBIERNO EN 2025
El proyecto de presupuesto 2025 presentado por el Ejecutivo de Guatemala al Congreso refleja un incremento significativo, el mayor en 15 años, y plantea un déficit fiscal sin precedentes. A pesar de las deficiencias institucionales existentes, el gobierno muestra confianza en ejecutar un mayor gasto de manera eficiente. Aunque solo tiene disponible el 18% de sus ingresos para políticas públicas, las prioridades presupuestarias incluyen la educación, con un enfoque en salarios y relaciones sindicales, así como la infraestructura a través del Ministerio de Comunicaciones. Sin embargo, el presupuesto carece de énfasis en temas como la seguridad social y la transparencia, lo que sugiere una intención de asegurar la gobernabilidad política mediante el reparto de recursos a municipalidades y consejos de desarrollo.

AMPLIACIÓN PRESUPUESTARIA: LO BUENO, LO MALO Y LO FEO
Dividida en tres aspectos clave —los puntos macroeconómicos positivos, las carencias en transparencia y calidad del gasto público, y las preocupantes implicaciones políticas—, la columna examina cómo, a pesar de sus sólidos fundamentos macroeconómicos, esta ampliación presupuestaria podría estar amenazada por problemas de transparencia y riesgos políticos, afectando así la confianza en la gestión fiscal del país.

¿ES VIABLE LA READECUACIÓN DEL PRESUPUESTO 2024?
HABRÍA QUE EVITAR SEGUIR HACIENDO MÁS DE LO MISMO

BALANCE DE LA ECONOMÍA EN 2023 Y DESAFÍOS PARA 2024
En 2023, Guatemala mantuvo estabilidad macroeconómica con un crecimiento del PIB del 3.3%, baja deuda pública, déficit fiscal, y un tipo de cambio estable, pese a una inflación del 3.5% y la incertidumbre electoral. Las exportaciones e importaciones cayeron por la desaceleración global, pero se espera una recuperación en 2024. Los retos incluyen mantener esta estabilidad, mejorar el clima de negocios, fortalecer instituciones y servicios públicos, y atraer inversiones mediante certeza jurídica y un entorno político estable.

LOS ENIGMAS DEL PRESUPUESTO 2011
El presupuesto del Estado es clave para entender la orientación política y económica del gobierno. Sin embargo, la propuesta para 2011 genera dudas tanto por sus proyecciones de ingresos, que podrían estar subestimadas, como por la distribución del gasto, que prioriza programas sociales sobre la reconstrucción de infraestructura. Destaca la reducción presupuestaria para el Ministerio de Comunicaciones pese a los daños del invierno reciente. Aunque el gobierno apunta a contener el déficit fiscal por debajo del 3% del PIB, no está claro si esa intención se mantendrá en la discusión legislativa. El proyecto parece reflejar más una estrategia política que una coherencia técnica.

EL DESTINO DE LOS BONOS
Guatemala mantiene un déficit fiscal constante que cubre mediante deuda pública, especialmente a través de la emisión de bonos. Aunque la deuda aún representa un porcentaje relativamente bajo del PIB, su uso define si representa una carga real para las futuras generaciones. Si se destina a inversión en infraestructura o educación, puede generar beneficios sostenibles; si se emplea en gastos corrientes, como subsidios o salarios, el país compromete su futuro sin retorno. La Ley Orgánica del Presupuesto prohíbe explícitamente usar deuda para gastos operativos, pero los intereses políticos muchas veces desvían estos recursos. Cumplir la ley no solo es una obligación legal, sino una necesidad económica urgente.

NI UBIQUISMO NI LUQUISMO
La historia de Guatemala ofrece ejemplos extremos en la conducción económica: la austeridad asfixiante de Ubico frente al gasto caótico de Lucas. Ambos modelos demostraron ser inviables frente a los desafíos reales del desarrollo. En la actual coyuntura post-crisis, ni el recorte fiscal radical ni el endeudamiento excesivo ofrecen una salida sostenible. Lo que el país necesita es una combinación de responsabilidad macroeconómica y justicia social: una reforma tributaria profunda que incremente los ingresos del Estado sin frenar la inversión privada, acompañada de un gasto público eficiente y transparente. La clave está en evitar los atajos ideológicos y apostar por consensos duraderos que impulsen el crecimiento inclusivo.

EL FMI NOS TOMA EL PULSO
El informe del Artículo IV del FMI sobre Guatemala señala una recuperación económica incipiente tras la crisis mundial, gracias a políticas monetarias y fiscales acertadas. El sistema financiero se mantiene sólido, pero enfrenta desafíos con préstamos morosos. La advertencia central del Fondo recae sobre la política fiscal: urge mejorar la eficiencia del gasto, reducir el déficit sin comprometer la provisión de bienes públicos esenciales y fortalecer la recaudación tributaria. Este diagnóstico se vuelve relevante en el contexto actual de diálogo entre los poderes del Estado, ofreciendo una hoja de ruta técnica para enfrentar los problemas estructurales de la economía guatemalteca.

EL DISENSO DE WASHINGTON (II)
Las diez reformas del Consenso de Washington nunca fueron aplicadas en su totalidad en Guatemala. Aunque hubo avances en la liberalización del comercio y la privatización, áreas clave como la disciplina fiscal, el gasto público y los derechos de propiedad quedaron rezagadas. La apertura a la inversión extranjera se realizó sin los incentivos adecuados, y la desregulación de mercados fue parcial. En lugar de un exceso de Consenso de Washington, Guatemala vivió una implementación inconsistente y fragmentada de sus principios.

¿SE SALVARÁ EL SALVADOR?
El Salvador enfrenta una grave crisis económica agravada por la recesión en EE.UU. y la rigidez de su economía dolarizada. La caída del PIB, el aumento del déficit fiscal y la incertidumbre política han llevado a Fitch a degradar su calificación crediticia con una perspectiva negativa. Sin la posibilidad de devaluar su moneda, el país se ve forzado a ajustes fiscales severos, incluyendo recortes del gasto y aumento de impuestos, medidas difíciles de implementar para un gobierno sin mayoría parlamentaria. La opción de abandonar la dolarización implicaría riesgos significativos, incluyendo crisis financiera e inestabilidad política. La única salida viable parece ser la asistencia financiera internacional y un estricto programa de austeridad para recuperar la confianza económica.

POLÍTICA FISCAL Y CRISIS
El debate sobre la política fiscal en Guatemala, en el contexto de la crisis económica mundial, se ha centrado en si aplicar una política fiscal expansiva o austera. Ambos enfoques coinciden en la necesidad de mantener el déficit fiscal por debajo del 2% del PIB, con un gasto público transparente y de calidad. Aunque los términos utilizados varían, la prioridad es lograr un equilibrio que permita enfrentar los efectos de la crisis sin agravar la situación económica.

AGENDA DE DESAFÍOS
Standard & Poor’s ha mejorado la perspectiva de la calificación de riesgo de Guatemala, lo que refleja confianza en su política económica y avances en recaudación tributaria. Sin embargo, el país aún enfrenta desafíos clave, como mejorar la cohesión política y fortalecer sus finanzas públicas, para alinear su calificación con otras economías similares.