QUÉ HACER CON EL RENAP
01/noviembre/2010
RENAP EN CRISIS PONE EN RIESGO LA GOBERNABILIDAD DEL PAÍS
La viabilidad de un país depende de la fortaleza de sus instituciones. Por eso es lamentable que una institución tan importante como el Registro Nacional de las Personas –Renap-, haya sido tan mal manejada desde su nacimiento y esté a punto de perderse irremediablemente. El esfuerzo por rescatarla es algo que, por difícil que luzca, vale la pena intentar en aras de que el Estado no siga desmoronándose.
El Renap incumplió su mandato original de darle a todos los guatemaltecos un Documento Personal de Identidad –DPI- antes de la convocatoria a las próximas elecciones, lo cual ha despertado dudas sobre la credibilidad del proceso electoral; la sola existencia de tales dudas es una amenaza para la gobernabilidad del país que clama porque se adopten acciones urgentes. Lo más importante es que el próximo proceso electoral se realice con eficacia, transparencia y credibilidad, al tiempo que se preserva la gobernabilidad del país y el prestigio de las instituciones involucradas, particularmente el Tribunal Supremo Electoral –TSE- y el propio Renap.
Para ello debe lograrse que todos los ciudadanos tengan una identificación (cédula o DPI) y estén empadronados, así como que exista suficiente información y transparencia para que el proceso electoral sea creíble; y debe hacerse con urgencia, pues quedan pocos meses para la convocatoria a elecciones.
Para lograr el objetivo de que todos los ciudadanos puedan votar, un primer buen paso ha sido que el Congreso prorrogara la vigencia de la cédula de vecindad. Ahora el Renap debe enfocarse en documentar tanto a los ciudadanos que requieren reponer su cédula o DPI, como a aquellos que nunca han tenido tal documento. Ello implica restarle prioridad a quienes buscan sustituir su cédula, para no distraer los recursos que deben centrarse en los indocumentados. Todo aquél que obtenga su DPI debería ser empadronado automáticamente, lo que requiere un esfuerzo de coordinación informática entre el Renap y el TSE.
Un problema adicional es el de los casi 1.5 millones de ciudadanos cuyos Registros Municipales fueron destruidos en el conflicto armado interno, cuya documentación requiere que el Renap provea el apoyo legal necesario, que se revise la ley especial de inscripción para facilitar el proceso de registro de personas y que se minimice el riesgo de que se produzcan casos doble identidad, cruzando los bancos de huellas y fotografías digitalizados que ya existen en el país.
Pero quizá lo más importante es fortalecer la gobernanza del Renap. Su Directorio –compuesto por representantes del TSE (quien lo preside), del Organismo Ejecutivo (representado por el Ministro de Gobernación) y del Legislativo- debe asumir el rol que la ley le asigna, que es el de definir sus estrategias, aprobar sus contratos, y nombrar y supervisar a su Director Ejecutivo. El fracaso actual del Renap es también el fracaso de las tres entidades que conforman su Directorio, quienes debieron antes, y deben más ahora, involucrarse plenamente en el rescate institucional.
El TSE dice estar en posibilidad de llevar a cabo el proceso electoral con dos documentos (cédula y DPI), pero es menester que mejore su coordinación con el Renap en las áreas de informática, logística y de comunicación con los votantes, en un proceso que debe liderar el propio TSE, dado que su credibilidad y experiencia son superiores a las del Renap.
Para ello es indispensable que el TSE tenga todo el apoyo político, presupuestario y ciudadano, y que el Renap se sujete a la orientación del TSE en materia electoral. Además de la coordinación entre ambas entidades, se requiere del apoyo del Ejecutivo en todo aspecto técnico, político y financiero del proceso electoral.
También conviene que una entidad internacional con credibilidad y experiencia en la materia (como la OEA) certifique que los sistemas informáticos y de transmisión de datos, así como el padrón electoral, son adecuados para realizar las elecciones con cédula y DPI; asimismo, que los sistemas del Renap sean auditados por una entidad independiente que garantice su seguridad e inviolabilidad.
Finalmente, se requiere de una campaña de opinión pública convincente respecto de la credibilidad de las elecciones para lograr su legitimidad y preservar la gobernabilidad. Aunque el desafío es tremendo, quizá sea la última oportunidad de rescatar el Renap; ojalá no se siga posponiendo.
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Aunque el desafío es tremendo, quizá sea la última oportunidad de rescatar el Renap; ojalá no se siga posponiendo