RESTRICCIÓN DEL CRÉDITO

10/noviembre/2008

LA CRISIS FINANCIERA GLOBAL ESTÁ IMPULSANDO UNA RESTRICCIÓN DEL CRÉDITO QUE AFECTA A LAS ECONOMÍAS EN DESARROLLO Y AGRAVA LA RECESIÓN MUNDIAL

Las malas noticias respecto de la economía mundial continúan acumulándose. Los expertos coinciden en pronosticar que las economías avanzadas (Estados Unidos, la Unión Europea y Japón) registrarán en 2009 la caída más fuerte desde la Segunda Guerra Mundial. La principal causa radica en unas condiciones crediticias más ajustadas, que se combinan con una reducción en el gasto de los consumidores y en las inversiones de las empresas. La recesión en esos países tiene efectos muy negativos sobre las economías en desarrollo, como la guatemalteca, debido a la consiguiente reducción del comercio global y de los precios de nuestros productos de exportación pero, principalmente, debido a la abrupta caída de los flujos internacionales de capital.

Debido a la crisis financiera, el crédito del sistema financiero al sector privado se ha reducido dramáticamente en las economías industrializadas, comportamiento que se ha expandido hacia los mercados emergentes y demás economías en vías de desarrollo. Esto tiene su origen en el acelerado proceso de “desapalancamiento”, es decir, de una repentina venta de activos de parte de las instituciones financieras en esos países, que les limita su capacidad de otorgar créditos a sus empresas y consumidores y, con mayor razón, a clientes extranjeros.

Esta restricción global del crédito se ha hecho evidente en Guatemala, especialmente en las últimas semanas, causando preocupación entre inversionistas y productores. Pocas veces en la historia la contracción en la oferta crediticia a nivel mundial había sido la causa de una desaceleración económica, pero hoy en día parece ser la principal amenaza a nivel mundial que abona al círculo vicioso que se está conformando en muchas economías del planeta, donde la restricción crediticia genera expectativas negativas de crecimiento, éstas provocan desconfianza y una caída en la demanda agregada, la que a su vez incide en un menor crecimiento del crédito.

La restricción del crédito a nivel mundial es la principal amenaza económica que agrava la recesión y genera un círculo vicioso de desconfianza y menor demanda

De allí la importancia de implementar políticas económicas que ayuden a paliar los efectos de la restricción crediticia mundial, por lo cual resulta alentador que la Junta Monetaria haya aprobado la semana pasada la creación de una ventanilla de dinero que permita a los bancos del sistema realizar operaciones de reporto para hacerse de recursos líquidos en dólares estadounidenses; también suena positivo el anuncio de las autoridades de gobierno respecto a que impulsarán un paquete económico de unidad nacional para hacer frente a la crisis.

Ahora bien, también debe tenerse presente, por una parte, que la crisis mundial va a estar con nosotros por muchos meses, y que las políticas que se implementen no podrán evitarla, simplemente podrán aliviar sus efectos. Y, por otra parte, que la crisis pasará y, cuando esto ocurra, bien valdría la pena haberla aprovechado para hacer algunos cambios estructurales. Por ejemplo, es posible que el ahorro interno, en respuesta a la crisis y a sus incertidumbres, aumente como proporción del PIB, lo cual podría aprovecharse si se fortalece el sistema financiero tradicional, así como el sistema conformado por las entidades de microfinanzas, para hacer más efectivo el canal que conecta a los ahorrantes con los prestatarios, lo cual favorecerá el crecimiento económico de largo plazo.

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