
UNA ECONOMÍA RESILIENTE
A pesar de la turbulencia económica mundial provocada por la nueva escalada arancelaria bajo el segundo mandato de Donald Trump, Guatemala está mejor preparada que en el pasado para enfrentar los choques externos. Con fundamentos macroeconómicos sólidos —crecimiento estable, disciplina fiscal, política monetaria ortodoxa y un superávit en cuenta corriente—, nuestra economía ha demostrado resiliencia en crisis anteriores y puede volver a hacerlo. Sin embargo, conservar esa estabilidad exige no bajar la guardia: la prudencia y la responsabilidad económica seguirán siendo nuestras mejores aliadas frente a la incertidumbre global.

NO ESTAMOS EN 1982… TODAVÍA
La crisis de 1982 fue una de las más graves en la historia económica de Guatemala, producto de corrupción, conflicto armado y políticas irresponsables. Aunque la recesión global actual afectará la economía guatemalteca, el país no enfrenta las mismas condiciones de deterioro institucional. Para evitar repetir los errores del pasado, es crucial mantener la disciplina fiscal y monetaria, fomentar la inversión y fortalecer la estabilidad política y social. Más que las crisis externas, los mayores peligros provienen de la propia descomposición interna.

LA GRAN DEPRESIÓN
La crisis financiera actual, aunque grave, no alcanza las dimensiones de la Gran Depresión de 1929, gracias a las lecciones aprendidas en política fiscal y monetaria. A diferencia de la falta de acción en los años treinta, las autoridades actuales están interviniendo rápidamente para evitar un colapso total. Sin embargo, la crisis global afectará a consumidores, empresarios y trabajadores, aunque el crecimiento de economías emergentes como China podría mitigar algunos de los efectos negativos.

NADA NUEVO BAJO EL SOL
La crisis financiera internacional, impulsada por la burbuja hipotecaria en EE. UU., revela fallas en la regulación, excesivo gasto y déficits fiscales. Aunque las soluciones incluyen rescates bancarios, la historia demuestra que estas crisis no son nuevas ni significan el fin del capitalismo.