
EMERGENCIA NACIONAL
Ante la crisis alimentaria en Guatemala, resurgen propuestas improvisadas que buscan soluciones instantáneas en lugar de fortalecer los mecanismos ya establecidos. Subsidiar productores de maíz o crear nuevos ministerios no resolverá el problema si no se gestiona adecuadamente la institucionalidad existente. La SESAN y el Sistema de Seguridad Alimentaria y Nutricional ya prevén estrategias para enfrentar estas crisis, pero su implementación ha sido deficiente. Declarar un estado de emergencia podría incluso agravar la situación al debilitar la transparencia en la administración de recursos.

OTRA VEZ EL HAMBRE
La crisis alimentaria en el Corredor Seco de Guatemala es una paradoja dolorosa: hay suficiente oferta de alimentos en el país, pero la población afectada sigue sufriendo hambre. Amartya Sen señaló que las hambrunas no ocurren en democracias funcionales, lo que evidencia fallos estructurales en la gestión de la seguridad alimentaria en el país. A pesar de la existencia del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (CONASAN), las políticas públicas parecen haberse centrado en medidas coyunturales en lugar de soluciones sostenibles. Más allá de las hambrunas, la desnutrición crónica es un problema profundo que afecta el desarrollo económico y social del país, requiriendo políticas de Estado serias y eficaces.