
POR QUÉ TAN POCA INFRAESTRUCTURA
El “ADN Económico de Guatemala” del Banco Mundial subraya que, pese a su estabilidad macroeconómica, la economía guatemalteca crece muy poco debido a su baja productividad, especialmente por la escasa inversión en infraestructura. El sector construcción apenas representa el 3% del PIB, y su dinamismo es casi nulo. Aunque existe un marco legal para alianzas público-privadas, faltan proyectos bien estructurados y transparencia para atraer inversiones. Guatemala debe romper esta inercia para evitar que la pobreza y la fragilidad social se mantengan o agraven.

A REPONERSE DEL GOLPE
La agencia Fitch degradó la calificación de riesgo-país de Guatemala de BB+ a BB, alejándola aún más del grado de inversión y enviando una señal negativa a los mercados. Las causas principales de esta decisión fueron el bajo crecimiento económico, la limitada recaudación fiscal y la débil gobernabilidad. A pesar de ello, Guatemala conserva fortalezas importantes como su estabilidad macroeconómica y fiscal. El reto ahora es traducir esa estabilidad en políticas públicas efectivas que impulsen el desarrollo humano y físico, con liderazgo político dispuesto al diálogo y a construir consensos duraderos.

TIJERAS CONTRA LA CORRUPCIÓN
La corrupción es un obstáculo crítico para el desarrollo de Guatemala, afectando desde la inversión hasta la calidad de los servicios públicos. Para combatirla se requiere una combinación institucional entre el Ministerio Público y la Contraloría, articuladas por la voluntad política de los tres poderes del Estado. Sin embargo, esta estructura necesita del empuje de una ciudadanía que rechace la impunidad. Los costos de la corrupción son abismales, estimados en miles de millones de quetzales anuales, y su impacto negativo es reconocido tanto por organismos nacionales como internacionales. La renovación de autoridades en 2014 fue vista como una oportunidad, pero solo con vigilancia ciudadana constante se puede lograr un cambio real.

MOTIVO DE ORGULLO
El éxito sin precedentes de Guatemala en los Juegos Panamericanos, con 15 medallas y una posición destacada en el medallero, refleja no solo el talento y la determinación de sus atletas, sino también el potencial impacto positivo de una inversión estatal sostenida en el deporte. En un contexto nacional marcado por el dolor y la incertidumbre, este logro colectivo ha ofrecido un alivio moral y una señal de que es posible alcanzar la excelencia cuando se combina esfuerzo, apoyo institucional y rendición de cuentas. La continuidad de estos avances exige más transparencia en el uso de fondos públicos y un compromiso real con el desarrollo deportivo como vía para cohesionar y elevar al país.