BLINDAR EL PRESUPUESTO
08/febrero/2021
EL GOBIERNO REDUCE EL TECHO PRESUPUESTARIO PARA FORTALECER LA DISCIPLINA FISCAL, PERO SIN APROBACIÓN LEGISLATIVA PERSISTE INCERTIDUMBRE Y RIESGOS FUTUROS
Resulta muy positivo que el Presidente Giammattei haya anunciado una readecuación del presupuesto vigente, de manera que el techo de egresos no sea –por segundo año consecutivo- de un monto inadecuado y desproporcionado (Q107.7 millardos), sino de una magnitud razonable (Q94.3 millardos) que puede ayudar a disipar las crecientes dudas y desconfianza que despiertan unas cifras fiscales históricamente deficitarias e insostenibles a mediano plazo. Una readecuación presupuestaria tendiente a recobrar la disciplina fiscal resultaba indispensable, ya que las consecuencias de perder una buena reputación macroeconómica, ganada a pulso en los mercados financieros durante las últimas décadas, pueden ser muy negativas para la economía nacional.
Reducir el techo es positivo, pero sin aprobación legislativa el riesgo permanece
Al mismo tiempo, sin embargo, resulta muy negativo que el gobierno haya decidido no enviar dicha readecuación en una iniciativa de ley para que el Congreso proceda a aprobarla. Si el Ejecutivo desea readecuar el techo presupuestario y enviar una señal clara a los mercados respecto de sus intenciones y prioridades fiscales, únicamente puede hacerlo mediante una modificación del decreto 25-2018, que contiene el presupuesto vigente para el ejercicio fiscal 2021. Evidentemente, a lo largo del año el Ejecutivo puede decidir sub-ejecutar el presupuesto el techo aprobado, pero es anómalo y confuso que anuncie una subejecución sin haber agotado las instancias previstas por la ley para readecuar el presupuesto.
Además de la falta de certeza en cuanto a las prioridades de la política fiscal, un riesgo que se percibe de no aprobarse la readecuación por la vía legislativa radica en que, por los próximos ejercicios fiscales, si el Congreso de la República no aprobase el presupuesto, continuaría vigente el actual presupuesto de Q107.7 millardos de forma sucesiva, lo cual desde ya despierta la sospecha de diversos analistas en cuanto a que el Ejecutivo no tendría ningún interés en que el Congreso apruebe un presupuesto readecuado, ya que el actual techo anual sería lo suficientemente amplio como para acomodarse con repetirlo cada año del gobierno.
Otro riesgo es el de la persistencia de normas presupuestarias inadecuadas para las necesidades del año en curso. Las normas presupuestarias son esenciales para asegurar una mayor transparencia en el gasto gubernamental y no pueden ser modificadas por medio de un acuerdo gubernativo como el que se pretende emitir. Lo único que puede hacerse –en ausencia de una reforma por conducto del legislativo- es emitir un reglamento que desarrolle el contenido de la ley anual del presupuesto, mas no lo restrinja.
La decisión del Presidente de reducir el techo presupuestario es correcta, pero es necesario blindarla con una aprobación legislativa que readecúe el Presupuesto y brinde certeza sobre los montos, prioridades y normas que regirán el gasto público en 2021. Ya si el Congreso decide -nuevamente- manosear y tergiversar la propuesta, será momento de aplicar el veto presidencial y, entonces sí, ordenar la ejecución del gasto por la vía de los acuerdos gubernativos.