DEMOCRATIZACIÓN DE LAS FINANZAS
26/noviembre/2007
LA DEMOCRATIZACIÓN DEL SISTEMA FINANCIERO ES CLAVE PARA IMPULSAR EL DESARROLLO, FORTALECER LA GOBERNABILIDAD Y APROVECHAR EL POTENCIAL DE LAS REMESAS EN GUATEMALA
El desarrollo del sistema financiero y su accesibilidad al grueso de la población (en especial a sectores tradicionalmente excluidos) es fundamental para que los ciudadanos alcancen su potencial como productores, ahorrantes, inversionistas y consumidores. Esa “democratización” de las finanzas tendría el efecto colateral positivo de legitimar las políticas públicas que buscan la estabilidad y la disciplina macroeconómica: una población que juega un rol activo en los procesos económicos tendrá un mayor sentido de pertenencia a la nación y, por ende, apoyará la estabilidad, la gobernabilidad y la viabilidad del país.
Incluir financieramente es también construir nación
En la entrega anterior sosteníamos que los flujos de remesas familiares están relacionados con, e influyen en, el proceso de intermediación financiera y el grado de inclusión financiera del país. Por una parte, las remesas transferidas vía las instituciones financieras pueden inducir a los recipiendarios a utilizar otros productos y servicios financieros que, de otra manera, podrían no haber requerido; y, por otra parte, los intermediarios financieros pueden, a través de las remesas, llegar a conocer y familiarizarse con un segmento de potenciales usuarios de productos financieros tradicionales o nuevos. En ese sentido, propiciar el acceso a servicios financieros puede ser una vía importante para utilizar el flujo de remesas familiares como un mecanismo para evitar que en el futuro más personas tengan que emigrar ante la falta de empleos bien remunerados y oportunidades de progresar. Al respecto, es conveniente que las remesas se canalicen a través de los intermediarios financieros a efecto de que los emigrantes y sus familias se “bancaricen” y acumulen un historial que les permita ser sujetos de crédito y acceder a cuentas de ahorro, seguros y préstamos, es decir, servicios financieros que les permitan apalancar su futuro.
Afortunadamente, en los últimos tiempos, un creciente número de entidades financieras del país comienzan a explotar las oportunidades existentes para servir mejor a los remitentes y recipiendarios de remesas, aunque aún queda mucho por hacer para bancarizar y facilitar el acceso a los servicios financieros a una proporción importante de la población. El momento actual, con un entorno macroeconómico relativamente estable y dinámico, con un sistema bancario rentable innovándose y capitalizándose, con un sector de entidades de microfinanzas pujante, y con un entorno tecnológico en plena evolución, configura una ocasión que debe aprovecharse para acelerar y profundizar el proceso de fortalecimiento del sistema financiero (bancario y no bancario). Al respecto, existe un conjunto de propuestas de ley y regulaciones financieras relativas al campo de la microfinanzas que es menester rescatar, ventilar, discutir e impulsar para que los intermediarios financieros continúen incursionando en el desarrollo de mecanismos y programas innovadores que alcancen a los sectores que han tenido poco acceso a los servicios financieros, adoptando para ello una nueva cultura organizacional que cultive esta línea de negocios, y para que, en fin, se entienda y aproveche el enorme potencial que representan las micro y pequeñas empresas para el desarrollo de Guatemala.