IMPORTANCIA DE LAS INSTITUCIONES

18/septiembre/2007


LA TRANSFORMACIÓN Y FORTALECIMIENTO DE LAS INSTITUCIONES ES FUNDAMENTAL PARA GARANTIZAR EL ÉXITO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO

Ahora que se aproxima un cambio de gobierno es fundamental que los aspirantes a ejercer cargos públicos manejen con claridad los elementos clave de una buena gestión pública. En la entrega anterior mencioné que el éxito de un gobierno (y, de hecho, la posibilidad misma de desarrollar al país) no solo depende de contar con un conjunto de políticas públicas que sean técnicamente atinadas, sino que, más crucialmente, depende de lograr procesos adecuados para negociar, aprobar y ejecutar tales políticas de manera efectiva. Para ello, es esencial contar con instituciones que viabilicen el diseño técnico, el pasaje político y la ejecución práctica de las medidas de gobierno.

Diversos estudios han puesto de manifiesto la importancia de ciertas instituciones primordiales para que el proceso de aprobación y ejecución de las políticas sea exitoso: un Organismo Legislativo eficaz cuyos debates contribuyan a esclarecer los pros y contras de las distintas medidas en función del bien común, un Poder Judicial independiente y efectivo, una burocracia profesional y de carrera, y unos partidos políticos institucionalizados que cumplan con su rol de mediadores entre la sociedad y el Estado, entre otras.

Sólo con liderazgo consciente y voluntad política se puede profundizar el cambio institucional de manera gradual y efectiva

Investigaciones recientes del Fondo Monetario Internacional –FMI- sugieren que el desempeño del crecimiento económico en Centroamérica puede mejorarse significativamente a través de un aumento en la productividad que, a su vez, depende del fortalecimiento institucional en áreas tales como la efectividad administrativa (gubernamental), el control de la corrupción, la reducción de la inestabilidad política y de la violencia, la disminución de los costos regulatorios, la mayor participación ciudadana, la rendición de cuentas de las entidades públicas, y la implantación del imperio de la ley. Según el FMI, llevar el funcionamiento de tales instituciones a niveles similares a los que ahora tiene Chile, representaría para países como Guatemala un aumento en el ritmo de crecimiento económico de alrededor de 3 puntos porcentuales al año.

La reforma y fortalecimiento de las instituciones no es, evidentemente, nada sencillo pues las mismas se derivan de la combinación histórica de elementos sociales y legales, políticos y culturales. La transformación de las instituciones, por ende, no es algo que pueda lograrse únicamente mediante reformas legales o reglamentarias, sino que requiere de procesos graduales, persistentes y muchas veces lentos que modifiquen los paradigmas y los incentivos que mueven a los actores institucionales.

El primer paso para trasformar las instituciones básicas es, obviamente, tener plena conciencia del rol fundamental que tales instituciones juegan dentro del desempeño del Estado. Sólo si el liderazgo nacional tiene esa conciencia podremos entonces contar con la voluntad política y la perseverancia necesarias para profundizar el cambio institucional, con la prudencia y el gradualismo que otros países (Brasil o Chile, por ejemplo) han logrado aplicar con éxito, sin tener que esperar a que una crisis nos obligue a efectuar tales cambios institucionales descontroladamente.

Anterior
Anterior

CRISIS DE IDENTIDAD

Siguiente
Siguiente

Y EN ENERO, EL “CÓMO”